Días atrás, algunos padres recibimos una carta -firmada, aunque al pie de este texto no aparezca así- de uno de los profesores de nuestros hijos. Como véis en ella, este maestro, que siempre ha mostrado su rechazo ante los ataques que sufre la educación pública, plantea la necesidad de reflexionar sobre la estrategia de movilizaciones que estamos viviendo desde comienzo de curso.
El impacto de las últimas huelgas ha sido limitado y parece que está afectando más a los alumnos que a las autoridades, cuya posición se ha visto fortalecida tras las últimas elecciones generales a pesar de la pérdida de votos, dicho sea de paso.
Hoy, la situación se halla en un "impasse" que otorga nuevos bríos a los que desean trasladar a la Educación ideas como la propuesta del Gobierno de la Generalitat en el ámbito sanitario. Esto es, y por simplificar, una educación pública de mínimos para rentas bajas y una educación de mayor calidad y privada para rentas altas. El miedo a los avances que se están produciendo en este sentido se halla en la raíz de las movilizaciones contra las políticas educativas vividas desde el comienzo de curso.
Movilizaciones que, como decíamos antes, van perdiendo fuerza según pasan las semanas, perjudicadas por la estrategia de desgaste de la CAM que, desde el primer momento ha jugado al "divide y vencerás", cuando no al "ignora y vencerás". El caso es que esta situación debe hacernos reflexionar sobre los nuevos pasos a dar por parte de la comunidad educativa en nuestro objetivo de defender la Educación Pública, que es la educación de nuestros hijos y la que asegura un futuro mejor para todos.
Lanzado está el guante. Y, mientras éste dibuja una bella trayectoria antes de caer al suelo, aprovechamos para agradecer de nuevo el compromiso de tantos con el futuro de nuestro país que, necesariamente, debe apuntalarse sobre los sólidos cimientos de una educación universal y de calidad.
Haciendo cick sobre la imagen, más información sobre el impacto de la última huelga convocada.
