jueves, 22 de diciembre de 2011

Muchos votos a favor de la jornada continua..así que no se implantará

Ayer tuvo lugar la votación sobre la posibilidad de implantar la jornada continua a partir del próximo curso. Los resultados han sido los siguientes:
 
  • Votos a favor:  435
  • Votos en contra: 74
  • Total  de votos: 509
 
La participación ha sido más baja que el año pasado y, aunque ha sido mucho mayor el número de votos a favor de implantar la jornada continua, esta medida no se llevará a cabo. Para hacerlo se debería haber alcanzado una participación de 2/3 del censo, con lo que deberían haber votado  636 personas. 
 
Como dijimos el año pasado, estos resultados harán felices a unos y disgustarán a otros. Para todos, nuestros mejores deseos en estas fiestas. FELIZ NAVIDAD.
 
 

viernes, 16 de diciembre de 2011

Jornada continua y proyecto de mejora pedagógica


En el Consejo Escolar se ha aprobado la posibilidad de una reorganización horaria para el próximo curso, como respuesta a una mejora pedagógica y organizativa en nuestro Centro. Podéis ver toda la información al respecto en la circular correspondiente.

El proyecto de mejora pedagógica lo podéis leer haciendo click sobre la imagen.

Gala de la Asociación Española de Aniridia


Con motivo de las fiestas navideñas desde la Asociación Española de Aniridia se proponen dar a conocer su labor como colectivo e informar sobre esta patología poco conocida. Para ello, han organizado un evento benéfico, dirigido a los pequeños de la casa.

La  Gala se celebrará el día de los Santos Inocentes, bajo el lema "Aniridia con los inocentes", y a partir de las 17.00h, desde el Lejano Oriente, los Reyes Magos vendrán a recoger las cartas con todos nuestros deseos.  

Esta gala infantil  cuya hora de comienzo será las 18.00h, contará con magia, cuentos de Navidad,  música, mucha diversión y premios. El lugar será el Centro Cultural Cooperante Margarita Burón, C/ Copenhague 57. http://ecomargaritaburon.blogspot.com/ Junto al Opción . El Donativo de entrada es de 3 €.

Las entradas estarán a la venta en la oficina de la Asociación sita C/ Fuenlabrada nº 23  Edificio Vissum o en el teléfono 91.643.97.99 y el día del espectáculo en el  Centro Cultural a partir de las 17.30 h. Si se quiere colaborar de otra forma, se puede "reservar"  Fila 0 con un donativo de 2 € al número de cuenta Caja Madrid  : 2038 / 1843 / 02 / 6000341660.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Fiesta de la Escuela de Circo de Alcorcón

El próximo domingo, nuestros vecinos de la Escuela Municipal (por poco tiempo) de Circo de Alcorcón celebran una fiesta en sus instalaciones. 

Algunos de nosotros hemos llevado a nuestros hijos a este centro y hemos disfrutado de los espectáculos programados en tantas tardes de sábado. Por desgracia, no son éstos buenos tiempos para la lírica, y la Escuela se privatizará para el próximo curso con lo que algunas familias ya no podrán costearse esta actividad donde, además de las habilidades propias de la actividad circense, los niños desarrollaban otras destrezas más relacionadas con su desarrollo humano y emocional. 

Así pues, será una fiesta agridulce pero también una ocasión para que algunas familias del colegio se acerquen al edificio que tenemos al otro lado de la calle para conocer a las buenas gentes del Circo que, durante años, ha hecho disfrutar a muchos vecinos de esta ciudad. Paradojas de estos tiempos: En el mismo año que gana el Premio Nacional de Circo se pone punto y final a la Escuela Municipal de Circo de Alcorcón.
 

martes, 13 de diciembre de 2011

Carta de un profesor que renuncia a su cátedra porque sus alumnos no saben escribir bien

El profesor colombiano Camilo Jiménez, periodista y profesor de Comunicación Social de la Universidad Javeriana, renunció a su cátedra.  El asunto podría pasar inadvertido, pero resulta que el catedrático ha escrito una carta -conmovedora- para explicar su decisión. 

El Tiempo publica la misiva, donde Jiménez -quien enseñaba Evaluación de Textos de No Ficción en la línea de Producción Editorial y Multimedial de la carrera de Comunicación Social- señala con pena que la curiosidad de sus alumnos comenzó a esfumarse desde que Google empezó a responderles todo.

Un texto para reflexionar. Desde este blog hemos mostrado en repetidas ocasiones nuestro total apoyo al uso de las nuevas tecnologías de la información en la sociedad y también en las aulas, pero el profesor Jiménez apunta en su misiva el gran error que se puede cometer en este proceso: confundir el soporte con el contenido, el medio con el mensaje.
 Un párrafo sin errores. No se trataba de resolver un acertijo, de componer una pieza que pudiera pasar por literaria o de encontrar razones para defender un argumento resbaloso. No. Se trataba de condensar un texto de mayor extensión, es decir, un resumen, un resumen de un párrafo, en el que cada frase dijera algo significativo sobre el texto original, en el que se atendieran los más básicos mandatos del lenguaje escrito -ortografía, sintaxis- y se cuidaran las mínimas normas: claridad, economía, pertinencia. Si tenía ritmo y originalidad, mejor, pero no era una condición. Era solo componer un resumen de un párrafo sin errores vistosos. Y no pudieron.
No voy a generalizar. De 30, tres se acercaron y dos más hicieron su mejor esfuerzo. Veinticinco muchachos en sus 20 años no pudieron, en cuatro meses, escribir el resumen de una obra en un párrafo atildado, entregarlo en el plazo pactado y usar un número de palabras limitado, que varió de un ejercicio a otro. Estudiantes de Comunicación Social entre su tercer y su octavo semestre, que estudiaron doce años en colegios privados. Es probable que entre cinco y diez de ellos hubieran ido de intercambio a otro país, y que otros más conocieran una cultura distinta a la suya en algún viaje de vacaciones con la familia. Son hijos de ejecutivos que están por los 40 y los 50, que tienen buenos trabajos, educación universitaria. Muchos, posgraduados. En casa siempre hubo un computador; puedo apostar a que al menos 20 de esos estudiantes tiene banda ancha, y que la tele de casa pasa encendida más tiempo en canales por cable que en señal abierta. Tomaron más Milo que aguadepanela, comieron más lomo y ensalada que arroz con huevo. Ustedes saben a qué me refiero.
Por supuesto que he considerado mis dubitaciones, mis debilidades. No me he sintonizado con los tiempos que corren. Mis clases no tienen presentaciones de Power Point ni películas; a lo más, vemos una o dos en todo el semestre. Quizá, ya no es una manera válida saber qué es una crónica leyendo crónicas, y debo más bien proyectarles una presentación con frases en mayúsculas que indiquen qué es una crónica y en cuántas partes se divide. Mostrarles la película Capote en lugar de hacer que lean A sangre fría. Quizá, no debí insistir tanto en la brevedad, en la economía, en la puntualidad. No pedirles un escrito de cien palabras, sino de tres cuartillas, mínimo. Que lo entregaran el lunes, o el miércoles.
De esas limitaciones y dubitaciones, quizá, vengan las pocas y tibias preguntas de mis estudiantes este último semestre, sus silencios, su absoluta ausencia de curiosidad y de crítica. De ahí, quizá, vengan sus párrafos aguados, con errores e imprecisiones, inútilmente enrevesados, con frases cojas, desgreñadas. Esos párrafos vacilantes, grises, que me entregaron durante todo el semestre. Pareciera que estoy describiendo a un grupo de zombis. Quizá, eso es lo que son. Los párrafos, quiero decir.
El curso se llama Evaluación de Textos de No Ficción y pertenece a la línea de Producción Editorial y Multimedial de la carrera de Comunicación Social de la Universidad Javeriana. En cuanto a lecturas, siempre propuse piezas ejemplares en los géneros más notorios de la no ficción: crónica, perfil, ensayo, memorias y testimonios. A partir de clásicos nacionales y extranjeros, los estudiantes componían escritos como los que debe elaborar un editor durante su ejercicio profesional. Primero, un resumen: todos los textos de los editores son breves, o deberían serlo -contracubiertas, textos de catálogo, solapas, etcétera-. Una vez que la mayoría hubiera conseguido un resumen pertinente y económico, pasábamos a escritos más complejos: notas de prensa y contracubiertas, para terminar con un informe editorial o una reseña.
En el centro de todo el programa estaban la participación y la escritura de textos breves a partir de otro texto mayor. Insistí siempre en la participación en clase para fomentar actividades que noto algo empañadas en la actualidad: la escucha atenta, la elaboración de razones y argumentos, oír lo que uno mismo dice y lo que dice el otro en una conversación.
El otro concepto transversal, la economía lingüística, buscaba mostrarles la importancia de honrar la prosa. Si uno en 100 palabras debe sintetizar un libro de 200 páginas, debe cuidar cada palabra, cada frase, cada giro. En últimas, la palabra escrita les dará de comer a estos estudiantes cuando sean profesionales, no importa si se desempeñan como editores de libros, revistas o páginas web, como periodistas o como profesores e investigadores.
Los estudiantes de este último semestre, y los de dos o tres anteriores, nunca pudieron pasar del resumen. No siempre fue así. Desde que empecé mi cátedra, en el 2002, los estudiantes tenían problemas para lograr una síntesis bien hecha, y en su elaboración nos tomábamos un buen tiempo. Pero se lograba avanzar. Lo que siento de tres o cuatro semestres para acá es más apatía y menos curiosidad. Menos proyectos personales de los estudiantes. Menos autonomía. Menos desconfianza. Menos ironía y espíritu crítico.
Debe ser que no advertí cuándo la atención de mis estudiantes pasó de lo trascendente a lo insignificante. El estado de Facebook. "Esos gorditos de más". El mensaje en el Blackberry.
Nunca he sido mamerto ni amargado ni ñoño: a los 20 años, fumaba marihuana como un rastafari y me descerebraba con alcohol cada que podía al lado de mis cuates. Quería ver tetas, e hice cosas de las que ahora no me enorgullezco por tocarlas. Empeñé mucho, mucho tiempo en eso. Pero leía.
No sé. En esos tiempos lo importante, creo, era discutir, especular, quedar picados para buscar después el dato inútil. Interesaba eso: buscar. Estoy por pensar que la curiosidad se esfumó de estos veinteañeros alumnos míos desde el momento en que todo lo comenzó a contestar ya, ahora mismo, el doctor Google.
Es cándido echarle la culpa a la televisión, a Internet, al Nintendo, a los teléfonos inteligentes. A los colegios, que se afanan en el bilingüismo, sin alcanzar un conocimiento básico de la propia lengua. A los padres que querían que sus hijos estuvieran seguros, bien entretenidos en sus casas. Es cándido culpar al "sistema". Pero algo está pasando en la educación básica, algo está pasando en las casas de quienes ahora están por los 20 años o menos.
Mi sobrino le dice a su madre, mi hermana, que él sí lee mucho, en Internet. Lo que debe preguntarse es cómo se lee en Internet. Lo que he visto es que se lee en medio del parloteo de las ventanas abiertas del chat, mientras se va cargando un video en Youtube, siguiendo vínculos. Lo que han perdido los nativos digitales es la capacidad de concentración, de introspección, de silencio. La capacidad de estar solos. Solo en soledad, en silencio, nacen las preguntas, las ideas. Los nativos digitales no conocen la soledad ni la introspección. Tienen 302 seguidores en Twitter. Tienen 643 amigos en Facebook.
Dejo la cátedra porque no me pude comunicar con los nativos digitales. No entiendo sus nuevos intereses, no encontré la manera de mostrarles lo que considero esencial en este hermoso oficio de la edición. Quizá la lectura sea ahora salir al mar de Internet a pescar fragmentos, citas y vínculos. Y en consecuencia, la escritura esté mudando a esas frases sueltas, grises, sin vida, siempre con errores. Por eso, los nuevos párrafos que se están escribiendo parecen zombis. Ya veremos qué pasa dentro de unos pocos años, cuando estos veinteañeros de ahora tengan 30 y estén trabajando en editoriales, en portales y revistas. Por ahora, para mí, ha llegado el momento de retirarme. Al tiempo que sigo con mis cosas, voy a pensar en este asunto, a mirarlo con detenimiento. Pongo el punto final a esta carta de renuncia con un nudo en la garganta.

Ciudades comestibles: Los abuelos nos llevan al huerto

“Queda, al menos, esa remota posibilidad de que en unas cuantas mentes se guarde un conocimiento transcendental, para que desde las ruinas de una sociedad que lo apostó todo, y perdió, por lo perecedero y no renovable, se lleguen a construir otras formas de organización, que se basen en una correcta valoración del funcionamiento de la naturaleza y el papel que los humanos desempeñan o,mejor, deben desempeñar”.
Joaquin Araújo “Cultivar la Tierra”
 
Mañana miércoles, 14 de diciembre, Ciudades Comestibles presenta su proyecto “¡Vente al huerto con l@s abuel@s!”en el Centro Cívico Los Pinos, a las 18:00 horas. El acto contará con la presencia del periodista y naturalista Joaquín Araujo.

Podéis descargaros el cartel aquí